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jueves, 30 de septiembre de 2010

La ideología fascista de Intereconomía


Cuando aún está fresca la cagada del Partido Popular andaluz quejándose de la “demasiada homosexualidad” en Canal Sur (perfectamente narrada por Ruth en La tele que me parió), me encuentro con esta promo de Intereconomía que no pude terminar de ver sin echar mano de una palangana.

El rancio abolengo con intenso olor a naftalina y abrigo de piel precede a esta cadena mucho antes, incluso, de que escogieran a HS como patrocinador oficial. No estaban contentos con destruir el concepto de objetividad y de incendiar a lo Terry Jones los manuales de periodismo. La cadena facha, que compite con la amiga y la triste, necesitaba también dar lecciones baratas de moral. Sí, qué pasa, ellos fueron al curso 63 y tienen todo el derecho del barrio de Salamanca para decirle a la gente lo buena o mala que es.

Así las cosas, Intereconomía se declara abiertamente la voz de esa otra España que está callada la mayor parte del tiempo por el miedo al que dirán y no porque en el fondo se avergüencen de lo que piensan sobre los migrantes o los homosexuales. Sólo si tu doble moral te lo permite estás invitado, a continuación, a analizar conmigo los prejuicios que no podían faltar en el siglo XXI (con la guerra que dieron en el XX).

Aquí llegan las tesis de Intereconomía:

Ella no cree en el derecho a matar a los niños que tienen que nacer.  Todo lo contrario. Ella está pensando en no quedarse embarazada porque el banco amenaza con embargarle si no paga la hipoteca y la letra del coche.

Él está en contra de eliminar ancianos para ahorrar en sanidad. Él prefiere abandonar a sus padres en un asilo. Menos mal que no ha oído hablar de la jubilación a los 67 años y que Trinidad Jiménez quiere cargarse a los viejos a base de sobredosis con vacunas contra la gripe A.

Ellos piensan que la unión de dos hombres no es un matrimonio. No, ellos no piensan, están ocupados con ir a misa todos los domingos y en que ella no se de cuenta de que él se va de chaperos todas las semanas.

Ella no quiere que a sus hijos los programe el Estado. Por supuesto, ella prefiere que a sus hijos los programe la Iglesia.

El piensa que el empresario y el obrero no son adversarios. Pero lo pensaba antes de que se aprobase la reforma laboral con la que va a poder renovar la plantilla de toda su empresa y contratar a becarios por la mitad de la mitad de la mitad...

Ella no quiere que le impongan la lengua en la que debe estudiar. También monta un pollo si la película está en versión original cuando va al cine con su novio que, casualidades de la vida, es de Barcelona.

Ellos quieren que todos los españoles piensen más en lo que les une que en lo que les separa. También quieren que todo el mundo vaya a los toros, se afilie al PP y que sus mujeres hagan la compra en El Corte Inglés mientras ellos se van de putas.

Sí, ya está, por fin se ha acabado... Dejo el video por si alguien se ha quedado con ganas de más caspa corrosiva aunque una advertencia para navegantes: la voz de Intereconomía produce jaqueca.



domingo, 22 de agosto de 2010

La Noria catapulta a Tomás Gómez



Anoche, las abuelas y madres de toda España se acostaron pensando en Tomás Gómez. El primer político de izquierdas capaz de seducir hasta los colaboradores derechosos del programa, que no pudieron despeinarle ni un pelo. Ni la periodista-torturadora Isabel Durán que, junto al irreductible Enric Sopena y con Jordi González como maestro de ceremonias, participaron en el mejor lavado de cara que el, hasta la fecha líder de los socialistas madrileños, podía darse.


El estreno de la cuarta temporada de La Noria (revolution) sólo se notó en el cambio de mobiliario. Pero lo importante es que en Telecinco, la última aldea donde resisten los periodistas, ofrecen a menudo clases magistrales sobre tan desprestigiado oficio. Lo vimos el viernes en Sálvame Deluxe, dónde el periodismo de investigación volvió a escribirse con letras mayúsculas. Primero fue NIXON, luego PEDRO JOTA y ahora... PEPA JIMÉNEZ.


Ayer, nuevamente, dieron otra gran lección periodística ofreciéndole a las generaciones venideras de tertulianos el manual definitivo sobre la entrevista televisiva. Tomás Gómez campó a sus anchas por Fuencarral y le dieron carta blanca para venderse. Ni Jordi pudo distraerle de sus intenciones bailando el waka waka con un portátil que le ofrecía la última hora sobre la encuesta organizada por Telecinco. Además. por primera vez una encuesta le daba como favorito en el duelo contra Trinidad Jiménez de cara a las primarias de octubre en la Federación Socialista Madrileña.


Se vendió tan bien que ahora todos le ven como un David campechano y optimista, que está decidido a tumbar a Goliat. Y da igual que ese gigante se escriba con zeta de zapatero, con te de trinidad o con la letra e de esperanza. Que tiemble la política española porque ya está aquí su Harrison Ford.