Nunca antes el erasmus de un mexicano en Shangai podía haber tenido tan graves consecuencias para el resto de la humanidad. La condenada pieza (condenada a la hoguera de encontrarse un tipo de la Inquisición cerca) se titula Spanish fever in China. Y fiebre es lo que debía tener este mexicano (que supongo creador del asunto) cuando cogió su cámara y lió a unos cuantos chinos para que hicieran el capullo un rato.
No obstante, si se busca (como el que sabe buscar en un cubo de basura) se encuentra algo positivo. Por ejemplo, la banda sonora (si la oreja no me falla son los The Prodigy). Mención aparte merece también el director de reparto y la paciencia que debió gastar para enseñar castellano a un grupo de chinos. La idea, lejos de ser original, al final es torturada por el guión, la realización y el SpanishPod. Cojan palomitas y prepárense para disfrutar una nueva obra maestra del humor amarillo.
AVISO DEL AUTOR: Mañana ya vuelvo a hablar de la barba de Jorge Javier, del eructo de Flo, de la ley de gravedad según Fama y de la que se nos viene encima en septiembre. Porque esto no ha dejado de ser Porlatelemato.
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