lunes, 18 de octubre de 2010

El dolor de los Puerta




La Noria del pasado sábado dejó a todo el mundo con muy mal cuerpo. Mareo y náuseas, para ser más exactos, por culpa del obituario de Antonio Puerta, que respondió a las señas de identidad de la carnicería de Fuencarral (la de toda la vida). Hasta María Antonia Iglesias, que no se amilana ante nada ni ante nadie, esa noche estuvo a punto de meterse debajo de la mesa.

Desde Telecinco intentaron arrojar luz sobre este fallecimiento llevando (previo pago) a la mujer que acompañó a Puerta en sus últimos momentos de vida. Pero ni con estas. La única nota de cordura tuvo que llegar cuando uno de los familiares del fallecido descolgó el teléfono y marcó el número de aludidos. Fue la hermana, Isabel Puerta, que, incluso hablando desde el dolor y la rabia, habló con más propiedad y elocuencia que los llamados a montarse esa noche en la noria del negocio televisivo.

Por su parte, Jordi González, que parece haberse enfriado desde que hace de traductor de una médium que lo mismo habla con Rocío Jurado que con Jesús Gil, hizo gala de una bochornosa falta de sensibilidad y empatía ante el duelo de la familia Puerta. Tal fue el corporativismo que, cuando la hermana del fallecido se lamentaba en directo del círculo mediático y del juicio paralelo que culpabilizó a Puerta ante la sociedad, el presentador intentó defender a Telecinco y a su programa alegando que tanto la madre como la pareja habían formado parte de este circo y que, aún más, el propio Puerta estaba negociando un contrato para asistir a La Noria.

Cuanto menos es rastrero. Y cuanto más, argumentar eso supone ignorar el derecho a la réplica que los medios de comunicación deben garantizar a cualquier ciudadano que haya sido mencionado en alguna de sus informaciones. Especialmente, si tiene una versión distinta de los hechos que le atañen y/o si trata de defender su maltrecha honorabilidad ante la opinión pública. En este caso, Puerta estaba cumpliendo una de las prisiones preventivas más severas que ha visto el ordenamiento jurídico español, teniendo en cuenta, además, que era por un presunto delito de agresión. Es lógico y comprensible, entonces, que sus familiares cercanos tomaran la palabra para defender a su allegado.

Violeta Santander, primero, fue a La Noria para negar, como era de dominio público, que ella hubiese sido maltratada por su pareja, de quien dijo que padecía una enfermedad (era drogodependiente, un enfermo, por mucho que Jaime Peñafiel se empeñe en lo contrario). Más adelante, María Luisa Ramón, la madre de Puerta, acudió al mismo plató para defender el nombre de su hijo, que continuaba en prisión, entre otras cosas, por una supuesta falta de arraigo familiar. Cuestionar a estas personas por ejercer su derecho a la réplica, insisto, es rastrero. Sobre todo, si los carroñeros que sobrevuelan ahora su ración de carnaza son los mismos que, en otra hora, se encargaron de sacar a hombros por la puerta grande a Jesús Neira, la zona cero de todo este suceso.

4 comentarios:

  1. El abogado de la familia ha hablado hoy en Sálvame. Ha entrado por teléfono y los ha puesto a caer de un burro. Las justificaciones han sido bochornosas.

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  2. Completamente de acuerdo contigo.

    Estos de Telecinco no tienen vergüenza...

    A mí me dio la impresión que aprovecharon la ocasión de la llamada de la hermana de Antonio Puerta para, además de justificar lo injustificable, arañar puntos de audiencia.

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  3. El morbo se cotiza muy alto, que le vamos a hacer. Ah, cuando quieras ver GRAN HERMANO 12 EN DIRECTO pasate por mi blog, saludos.
    http://jhonytv.blogspot.com/

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  4. RUTH: coincido con el calificativo de bochornoso. Un nuevo alarde de sensibilidad por parte de Telecino, esperando la tv movie/hormigas blancas sobre Puerta y Neira

    ANÓNIMO: resulta maquiavélico, la audiciencia justifica los medios

    JHONY TV: pero qué bien te has montado la cobertura de GH12. el casting de este año no me convence mucho, van a estar haciendo gymedredoning todo el rato, lo veo venir

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