martes, 19 de octubre de 2010

Neira Resurrection





En el post de ayer me refería a Jesús Neira como la zona cero de un suceso que llevó a la cárcel a Antonio Puerta y que mezcla ingredientes de la novela negra. Al morbo en estado puro se le suman héroes, villanos, drogas, violencia, errores médicos, sin olvidar, a unos cuantos políticos pelándose por salir en la foto.

Repasar la cronología de esta turbia historia sirve para comprender la poderosa influencia de los medios de comunicación en la opinión pública. Medios a los que se les acusa ahora del trágico final de Puerta y a los que, personalmente, acuso de haber fabricado a Neira. Una monstruosa creación mediática y, como monstruosidad, entiéndase sólo en toda la aberración que abarca el término y no en grandeza calculada en parámetros de popularidad. Un monstruo de los chungos, de los que tienen ácido sulfúrico en lugar de sangre en las venas.

La secuencia empieza con una agresión en un hotel de Madrid el 2 de agosto de 2008. Como muestran las imágenes de un vídeo de seguridad (y luego las de todos los telediarios de España), Antonio Puerta agrede físicamente a Jesús Neira y este cae tendido en el suelo. No obstante, a este suceso le falta una vuelta de tuerca para ser una noticia contundente: la violencia de género. Así, Neira, tras asegurar que fue agredido porque estaba defendiendo a una mujer del maltrato de su pareja, fue encumbrado como héroe nacional antimachista. Cuatro días después del incidente, es ingresado en estado de coma.

Acto seguido, la condena de la sociedad contra Antonio Puerta se convierte en un clamor casi unánime y, desde el 13 de agosto, empieza a cumplir prisión preventiva acusado de intento de homicidio. Neira continúa en coma y Violeta Santander acude a un plató de televisión para negar la acusación de malos tratos que pesaba sobre su pareja. Además, defiende a Puerta alegando que es drogodependiente, una enfermedad contra la que lleva luchando mucho tiempo y por la que, en ocasiones, pierde el control emocional.

Coincidencias macabras del destino, Jesús Neira despertó del coma el 12 de octubre de 2008, el mismo día que fallecerá Antonio Puerta dos años después. Mientras tanto, mientras Puerta y su presunción de inocencia “se pudrían” en prisión, el profesor universitario tuvo tiempo para algo más que posar en la revista HOLA. Pudo recoger un galardón como la Gran Cruz al Mérito Civil (que le entregó la ministra de Igualdad Bibiana Aído) y no tuvo ningún problema para aceptar un cargo como el de presidente del consejo asesor del Observatorio Regional de Violencia de Género en la Comunidad de Madrid.

No tengo muchas dudas sobre si estamos o no ante un cargo concedido a dedo por el ejecutivo de Esperanza Aguirre. Lo que no me queda tan claro es si una acción heroica es motivo suficiente para ingresar un cheque de 1.000 euros por cada reunión que presidía. ¿Se trata, entonces, de un simple y suculento puesto de reconocimiento o de un cargo para silenciar a Neira? Quizá querían tapar una negligencia médica ocurrida en la sanidad madrileña...

En esta línea, la defensa de Puerta presentó dos informes de peritos judiciales independientes en los que se rompía la relación del coma de Neira con la agresión sufrida. Insistían en que el profesor habría sido dado de alta negligentemente, es decir, sin que los médicos tuvieran en cuenta el alto riesgo del paciente de sufrir un derrame cerebral, como terminó ocurriendo días más tarde.

Sin embargo, antes de que el proceso judicial terminase, tiene lugar un giro paradójico de los acontecimientos que obligó a Neira a enfrentarse a su propio juicio mediático. De la noche a la mañana, pasó de héroe a villano ante la opinión pública cuando la policía le detuvo conduciendo con el triple de la tasa de alcohol en sangre permitida al volante.

Rápidamente, desde la Comunidad de Madrid se le invita a dimitir de su cargo en el consejo, órgano que acabó por disolverse en su totalidad. Neira añadía así la pincelada final a su autorretrato de cara a la galería, un cuadro en el que aparece un monstruo faszoide, retrógrado y vengativo. Sólo faltaba su rúbrica, que llegó con las palabras de despedida que le dedicó a Antonio Puerta.

*Actualmente, informa Europa Press, “Jesús Neira se encuentra ingresado por presentar una afección vascular cerebral. Según el último parte médico, el paciente se encuentra actualmente con ventilación mecánica y su situación continúa siendo estable dentro de la gravedad. El hospital indica que su pronóstico es reservado”.

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