Vuelve a España y a la Academia de Cine que preside con dos premios de la Mostra de Venecia bajo el brazo. Pero Balada triste de trompeta no sólo ha conseguido la Osella al mejor guión y el León de plata al mejor director. También, para engordar la serie Ver para creer, la película de Alex de la Iglesia ha levantado a Tarantino de la butaca para aplaudir fervientemente a Carlos Areces.
Cuando la gente habla mal del cine español es que no ha debido pasar de Alatriste y no ha visto Los Cronocrímenes de Vigalondo ni ninguna película de Alex. Su filmografía es el mejor ejemplo de lo que podría denominarse (de ahora y hasta que el cuerpo aguante) como buen cine español, aunque hasta la fecha sólo citemos Celda 211 o Rec para poder ilustrar semejante anomalía audiovisual.
No puedo cerrar el post sin hacer una enumeración de las películas imprescindibles en el cine español que llevan la firma De la Iglesia. Cronológicamente hablando no puedo dejar de hablar de Acción mutante primero, de El día de la bestia después y de La Comunidad para terminar.
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