Los amigos del misterio y los damnificados por el timo de la estampita están de enhorabuena porque su guía espiritual ha regresado. Iker Jiménez, el salvaguardia del “periodismo de lo desconocido”, estrenó anoche en Cuatro la sexta temporada de Cuarto Milenio.
Lo hacía emulando a Félix Rodríguez de la Fuente a la vez que lucía morenito playero y mogollón de pulseras para poder mantener el equilibrio. Como era de esperar (a parte de su creencia en las Power Balance y en una conspiración gubernamental para ocultar la existencia de los OVNIS), Iker se ha pasado todo el verano recorriendo con su mujer las carreteras de la España profunda en busca de la niña de la curva. Menos mal que todavía no han descubierto los viajes del IMSERSO.
La nave del misterio estrenó temporada sin novedades, ni siquiera en la boca de Carmen Porter. Junto al matrimonio Adams continúa fiel cual Fétido, Santiago Camacho, ese hombre que da miedo con su presencia y pena cuando habla. Al pobre le mandaron a hacer un reportaje en la zona de exclusión que rodea a la central nuclear de Chernobyl. Querían que rodara un remake de Soy Leyenda pero ni la radiactividad de atrevió a tocarle con un palo.
Entre tanto misterio y negocio turbio con vendedores de pulseras, les dio tiempo a comentar el estreno en Cuatro de la serie Los pilares de la tierra. Javier Serra, que también puede presumir de bestseller (La cena secreta) fue el especialista invitado para analizar los delirios arquitectónicos de Ken Follet. Tampoco faltaron los esqueletos de extretarrestres y el científico de turno, otro clásico, que se pasa por el programa para reírse de las fantochadas de Iker.
Sospecho que en próximos programas intentarán contactar vía ouija con Rodríguez de la Fuente. Mientras tanto, espero que siga creciendo el número de críticos que se sumen a los ya ultracríticos (Círculo Escéptico ya ha elaborado el dossier Friker) con este vendedor de periodismo enlatado como serpientes de broma.
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